But what precisely is this resurrection of Christ? And why does it matter? There have been many resurrections. Elijah raised the son of the Zarephath widow from the dead. Elisha raised the son of the Shunammite woman from the dead. A man brought back to life when his body touched the bones of Elisha. Jesus raised the son of the widow of Nain from the dead. He also raised the daughter of Jairus and he raised his friend Lazarus from the dead. Peter raised Dorcas from the dead. Paul raised Eutychus from the dead. What is different about the resurrection of Jesus? All these others died again. Jesus died once for all and he lives forever.
The Church says a strange thing in her prayers. “O God, who on this day, through your Only Begotten Son, have conquered death and unlocked for us the path of eternity.” This day. The Church does not say that day – that day long ago when Jesus rose from the dead. This day. Why do we pray this way?
The Holy Mass is not merely a collection of prayers which remember something that happened in the past. Neither is the Holy Mass a re-doing of those events. Rather, the sacred mysteries which we celebrate are made present to us and, if we are disposed to receive them, effective in us. So it is rightly said “This day.” The victory over death was won on that day, but the power of the mystery of his glorious resurrection is still triumphing over death and sin in our hearts today. For us, his resurrection is today. We do not merely remember that day long ago when he rose, but also we pray for his resurrection to be manifested in our lives and powerful in our hearts!
The Church also prays “It is truly right and just, our duty and salvation, at all times to acclaim you, O Lord, but on this day above all to laud you yet more gloriously, when Christ our Passover has been sacrificed.” The glory of the resurrection is the acceptance by the Father of the sacrifice of his Son upon the Cross. Adam took the fruit from the tree in the Garden and gave us death to eat. The resurrection changes the death of the Messiah upon a tree from the defeat of death into a sign of victory: the tree of death is exchanged for a tree of life, whose fruit we eat from our altars. The resurrection changes everything! We can see the beginning of those changes in our Gospel.
The Apostles were not simply waiting around for Jesus to rise from the dead. Luke writes that women saw angels who announce the resurrection. Yet, when the women tell the apostles, Luke writes, “but their story seemed like nonsense and they did not believe them.” Luke tells us that after Peter saw the empty tomb, he went home wondering at what had happened. John looks into the tomb, but enters after Peter, and he sees and believes. Mary Madgdalene even talks to Jesus in the garden but doesn’t recognize him. She thinks he is the caretaker – until he says her name. The story of the disciples is not: “We knew it all along.” Even after Jesus appears, Thomas will demand proof: “Unless I see the mark of the nails in his hands and put my finger into the nailmarks and put my hand into his side, I will not believe.” A more honest story could not be told. Somehow, afterwards, the apostles believe. They go from hiding in the upper room in fear to publicly proclaiming the resurrection of Jesus. All but one will die a martyr. They opened their hearts in faith and the power of the resurrection changed them.
We, too, must accept the gift of faith. Like Mary Magdalene, we have to search for our Lord and listen for him calling our name. Perhaps with John, we need to look again and begin to believe. Like Peter, we may marvel and wonder at this day. Peter ran to the tomb on account of wonder, but afterwards came to believe on account of love. If we open our hearts to faith in the resurrection, the power of our risen Lord can change us: for Christ our Passover, has been sacrificed; therefore let us keep the feast with the unleavened bread of sincerity and truth, alleluia, alleluia!
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Pero ¿qué es exactamente esta resurrección de Cristo? ¿Y por qué es importante? Ha habido muchas resurrecciones. Elías resucitó al hijo de la viuda de Sarepta. Eliseo resucitó al hijo de la mujer sunamita. Un hombre fue resuscitado cuando su cuerpo tocó los huesos de Eliseo. Jesús resucitó al hijo de la viuda de Naín. También resuscitó la hija de Jairo y su amigo Lázaro. Pedro resucitó a Dorcas de los muertos. Pablo resucitó a Eutico de los muertos. ¿Qué es diferente acerca de la resurrección de Jesús? Todos estos otros murieron de nuevo. Jesús murió una vez para siempre y ahora vive para siempre.
La Iglesia dice una cosa extraña en sus oraciones. "En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca en este día en que Cristo, nuestra pascua, fue inmolado." Este día. La Iglesia no dice ese día - ese día, hace mucho tiempo, cuando Jesús resucitó de entre los muertos. Este día. ¿Por qué oramos de esta manera? Cristo fue inmolado en Pascua? Si, la gloria de su resurrecion es la aceptación por el Padre del sacrificio de su Hijo en la Cruz. Adam tomó el fruto del árbol en el jardín y nos dio muerte a comer. La resurrección cambia la muerte del Mesías en un árbol en un signo de la victoria. El árbol de la muerte se intercambia por un árbol de la vida eterna, cuyo fruto comemos de nuestro altar. La resurrección cambia todo!
La Santa Misa no es simplemente una colección de oraciones que recordar algo que sucedió en el pasado. Ni es la Santa Misa una re-hacer de esos eventos. Más bien, los santos Misterios que celebramos se hacen presente para nosotros y, si estamos dispuestos a recibirlos, eficaces en nosotros. Por eso se dice con razón "Este día." La victoria sobre la muerte fue ganada en ese día, pero el poder del misterio de su gloriosa resurrección sigue triunfando sobre la muerte y el pecado en nuestros corazones hoy. Para nosotros, su resurrección es hoy. No recordamos sólo el hecho de que Jesús resucitó, pero oramos para que el poder de su resurrección podría cambiar nuestros corazones!
Podemos ver el cambio que la fe en la resurrección provoca en los corazones de los discípulos. Los apóstoles no estaban esperando en la fe de la resurrección. San Lucas escribe que las mujeres vieron ángeles que anuncian la resurrección. Sin embargo, cuando las mujeres les dicen a los apóstoles, San Lucas escribe, "pero todas estas palabras les parecían desvaríos y no les creían" San Lucas nos dice que después Pedro vio el sepulcro vacío, se regresó a su casa, asombrado por lo sucedido. Juan ve a la tumba, pero entró después de Pedro, y él vio y creyó. María Madgdalene incluso habla con Jesús en el jardín, pero no lo reconoció. Ella piensa que él es el cuidador - hasta que diga su nombre. La historia de los discípulos no es: " Lo sabíamos todo el tiempo." Incluso después de la aparición de Jesús, Tomás demanda pruebas: "Si no veo la marca de los clavos en sus manos y meto mi dedo en el lugar de los clavos y meto mi mano en su costado, no creeré." Una historia más honesto no podría ser contada. De alguna manera, después, los apóstoles creyeron. Sus vidas cambiaron de su escondite en el miedo en proclamar la resurrección de Jesús. Todos ellos mueren como mártir, excepto uno. Abrieron sus corazones en la fe y el poder de la resurrección les cambió.
Nosotros, también, debemos aceptar el don de la fe. Como María Magdalena, tenemos que buscar nuestro Señor y escuchar para él llamando a nuestro nombre. Tal vez con Juan, tenemos que mirar de nuevo y comenzar a creer. O como Pedro, nos preguntamos con asombro a la gloria de este día. Pedro corrió al sepulcro a causa del asombro, después empezó a creer a causa del amor. Si abrimos nuestros corazones a la fe en la resurrección, el poder de nuestro Señor resucitado nos puede cambiar: por Cristo, Cordero Pascual, ha sido inmolado; celebremos, pues la Pascua con una vida de rectitud y santidad, aleluya, aleluya!
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