Today the Catholic Church offers us an indulgence for participating on this day in devotion to the Divine Mercy. In order to receive the indulgence, it is necessary to participate in the devotions (or to recite the Our Father and the Creed in the presence of the Blessed Sacrament and to add a prayer to the merciful Lord Jesus). It is also necessary to go to confession, to receive communion, and to pray for the intentions of the Holy Father.
Many persons will take care to fulfill these things exactly. A question: Which is more important: the devotion and the indulgence or the Sacrifice of the Mass? Of course, the Holy Mass. Then, why do many people not take care to fulfill the prayers of the Holy Mass with exactness?
The Holy Mass is no the expression of my private sentiments. Yes, I am able to unite all of my feelings, together with the prayers of the Church, but first it is necessary to fulfill the prayers of the Church! When I change some of the words of the prayers, these prayers no longer belong to the Church. In face, it is a sin to change the prayers of the Church. Why?
First. The Holy Mass is the prayer of Christ, who handed it over to his spouse, the Church. Hence, it is a very special gift. It is the prayer of Christ in the unity of the Holy Spirit to the almighty Father. What do you think? Ought we to change the prayer of Christ and of his Church?
Second. The Holy Mass is the prayer of the whole Church. When we change the prayers, we also separate ourselves from the rest of the Church. But the Holy Mass is a prayer of unity, not of separation.
The Holy Mass is the mercy of God for us. We are capable of uniting our voices and hearts with Christ, who was crucified and rose on the third day, the same who will be present upon our altar. Is it possible to unite our prayers with him, if we separate ourselves for the prayers of his Church?
Christ is our mercy. Christ is our peace. Christ is our sacrifice of praise. The Byzantine Liturgy understands this reality: What do we await in the Eucharist? The coming of Him. Mercy. Peace. A Sacrifice of Praise.
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Hoy la Iglesia Católica nos ofrece una indulgencia por participar en este día en devoción a la Divina Misericordia. Para recibir la indulgencia es necesario participar en las devociones (o recitar el Padre Nuestro y el Credo en presencia del Santísimo Sacramento, y una oración al Señor Jesús misericordioso. También es necesario ir a la confesión, recibir la comunión, y orar por las intenciones del Papa.
Muchas personas se cuidan de cumplir exactamente estas cosas. Una pregunta: ¿Qué es más importante: la devoción y la indulgencia o el Sacrificio de la Misa? Por supuesto, la Santa Misa. Entonces, ¿por qué muchas personas no se cuidan de cumplir con las oraciones de la Santa Misa con exactitud?
La Santa Misa no es la expresión de mis sentimientos privados. Sí, soy capaz de unir a todos mis sentimientos, junto con las oraciones de la Iglesia, pero primero es necesario hacer las oraciones de la Iglesia. Cuando cambio algunas de las palabras de las oraciones, estas oraciones ya no pertenecen a la Iglesia. De hecho, es un pecado para cambiar las palabras de la Iglesia. ¿Por qué?
Primero. La Santa Misa es la oración de Cristo, que le entregó a su esposa, la Iglesia. Por eso, es un don muy especial. Es la oración de Cristo en la unidad del Espíritu Santo al Padre omnipotente. Qué piensas? ¿Debemos cambiar la oración de Cristo y de su Iglesia?
Segundo. La Santa Misa es la oración de toda la Iglesia. Cuando cambiamos las oraciones, también nos separamos del resto de la Iglesia. Pero la Santa Misa es una oración de unidad, no de separación.
La Santa Misa es la misericordia de Dios para nosotros. Somos capaces de unir nuestras voces y nuestros corazones con Cristo, el que fue crucificado y resucitó al tercer día, el mismo que estará presente en nuestro altar. ¿Es posible unir nuestras oraciones con él, si nos separamos de las oraciones de su iglesia?
Cristo es nuestra misericordia. Cristo es nuestra paz. Cristo es nuestro sacrificio de alabanza. La Liturgia bizantina entiende esta realidad: ¿Qué esperamos en la Eucaristía? la venida de Él. Misericordia. Paz. Un sacrificio de alabanza.
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