And yet, we need to ask ourselves what it is that we mean when we call the Blessed Virgin "Mother of God." Is Mary the source of the divinity of Jesus? No. No more than our own mothers are the source of our immortal and spiritual souls. But I do not say about my mother that she is only the mother of my body. "Hello, mother of my body," would sound ridiculous. She is the mother of me, even though is was God who made my soul from nothing. In a similar way, Mary is the Mother of Jesus, although she is neither the source of his divinity nor of his human soul. We do not simply call Mary the Mother of his Body. Although, by this alone, she still would be the most magnificent mother in the whole world.
Mothers give birth to persons. And Jesus is a person. This Child to whom Mary gives birth is a Divine Person with a Divine Nature and a human nature. Mary is the Mother of a Divine Person, even though he existed in his Divinity before her, in fact, has always existed. Again, we do not say "Mother of the Human Nature." Natures do not need a mother, but persons do. Jesus is God. Mary is the Mother of Jesus. Therefore, she is appropriately called "the Mother of God."
When we call Mary "Mother of God," we are not only recalling the greatness of her vocation, but we are also proclaiming the Gospel. This Child, to whom Mary gives birth, es at the same time God and man. In the womb of Mary, God fashioned for himself human flesh, in order that, united in his Most Adorable Divine Person, he might make possible for us participation in his Divine Life. All this we say when we call Mary "Mother of God."
Mary gave birth to the Second Person of the Most Holy Trinity. Mary gave birth to God, who became man. Mary gave birth to the Light of the World. And when the darkness came in the form of death on the Cross, the Light of the World, knowing that he was going to crush the darkness of death by the light of the glory of his resurrection, he gave to us his Mother. He did this so that the faith might be born in us. From the womb of Mary was born the Light of the World, in the heart of Mary, we are born in faith. From Him we have received a Mother, from her we have received the Son.
Holy Mary, Mother of God, pray for us.
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Solemnidad de Santa Maria, Madre de Dios
Sin embargo, tenemos que preguntarnos qué queremos decir cuando llamamos a la Santísima Virgen "Madre de Dios". ¿Es María la fuente de la divinidad de Jesús? No. No más que nuestras propias madres son la fuente de nuestras almas inmortales y espirituales. Pero no lo digo acerca de mi propia madre que ella es sólo la madre de mi cuerpo. "Hola, madre de mi cuerpo", sonaría ridículo. Ella es mí madre, a pesar de que fue Dios quien hizo mi alma de la nada. De manera similar, María es la Madre de Jesús, aunque ella ni es la fuente de su divinidad ni de su alma humana. No llamamos a María simplemente la Madre de su cuerpo. Aunque esto por sí solo la haría la más magnífica madre en todo el mundo.
Las madres dan a luz a las personas. Y Jesús es una persona. Porque el Niño, a quien María dio a luz, es una persona divina con una naturaleza divina y una naturaleza humana, María es la Madre de la persona divina, a pesar de que en su divinidad existía antes que ella, de hecho, ha existido siempre. Una vez más, no decimos Madre de la Naturaleza Humana. Las naturalezas no necesitan de una madre, sino más bien personas. Jesús es Dios. María es la Madre de Jesús. Por lo tanto, ella se llama apropiadamente "La Madre de Dios."
Cuando llamamos a María "Madre de Dios" estamos recordando no sólo la grandeza de su vocación, pero también estamos proclamando el Evangelio. Este niño, a quien María dio a luz, es al mismo tiempo Dios y hombre. En el vientre de María, Dios formó carne humana para sí mismo para que, unidos en su Adorablissima Persona Divina, pudiera hacer para nosotros la participación en su vida divina. Todo esto lo decimos cuando llamamos a María "Madre de Dios".
María dio a luz a la Segunda Persona de la Santísima Trinidad. María dio a luz a Dios, que es también hombre. María dio a luz a la Luz del mundo. Y cuando la oscuridad llegó en la forma de la muerte en la Cruz, la Luz del Mundo, sabiendo que iba a aplastar a la oscuridad de la muerte con la luz de la gloria de su Resurrección, nos dio a su madre. Lo hizo para que así en nosotros naciera la fe. Desde el vientre de María nació la luz del mundo, en el corazón de María, nacemos en la fe. Ella dio a luz a nuestro Salvador en Belén, ella dio a luz a nosotros en el Calvario. De Jesucristo hemos recibido una madre, de ella hemos recibido al Hijo.
Santa Maria, Madre de Dios, ruega por nosotros.
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